La separación entre la mediática Wanda Nara y el futbolista Mauro Icardi la semana pasada visibilizó una serie de situaciones, estereotipos y construcciones sociales en las que se puede profundizar. Una de las aristas poco analizadas fue lo sucedido en el programa de chimentos Lam (El Trece) con la actriz Eugenia “La China” Suárez quien solicitó a través de una medida judicial, que el programa no la mencione. En una de las ediciones las panelistas aseguraron haber recibido los mensajes entre la actriz y el futbolista, sumado a unas imágenes y videos íntimos que habrían sido compartidos entre ellos dos. Mientras leían en vivo la medida judicial, la panelista Yanina Latorre se burló: “¿Tiene miedo de que mostremos las fotitos desnuda? La dignidad se la afecta sola”, dijo.
“Se trata de violencia digital y mediática. Aunque esto no constituye todavía un delito, las organizaciones feministas lo caracterizaban como amenaza y eso sí constituiría un delito (...) esto no corresponde desde el punto de vista moral ni legal”, dijo la periodista Miriam Lewin a cargo de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual sobre la situación. “En la Constitución la correspondencia es inviolable y cuando se investiga algo que tiene que ver con el interés público siempre se advierte lo siguiente: un intercambio de mensajes no se puede publicar sin la autorización de una de las dos partes. Esto constituye un ejercicio de violencia de género digital, simbólico y mediática que transgrede la ley 26.485 (Ley de Protección Integral a las Mujeres) y los pactos internacionales de derechos humanos”, indicó Lewin a la TV Pública.
La Ley Olimpia de México
Este año se aprobó en México la Ley Olimpia que surgió como consecuencia de la difusión de un video íntimo de la joven Olimpia Coral Melo a través de una red social, por parte de su ex pareja. Las imágenes fueron difundidas sin su consentimiento en el Estado de Puebla. “La conocían como ´la gordibuena de Huauchinango´, una forma despectiva de definir al cuerpo de una mujer con curvas. Su novio, con quien llevaba seis años y con quien había hecho el video, pero que no se identificaba en el mismo, negó que fuera él quien lo divulgó. Olimpia se encerró en su casa por ocho meses e intentó suicidarse en tres ocasiones”, publicó la BBC en una nota que cuenta su caso. Cuando la joven fue a hacer la denuncia por el calvario que vivía debido a que sus fotos íntimas circulaban por todos lados, se dio cuenta de que esa acción no era un delito porque no estaba contemplada en la Ley. Así, comenzó un largo camino de siete años para poder reformar el Código Penal y La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, para que se incluyera este hecho como un delito.
Con un fuerte sentimiento de injusticia, la joven se volvió una referente y militante contra la violencia digital. Ella había grabado un video sexual junto a su novio cuando tenía 18 años. En él se la identificaba a ella pero no a su novio. Inmediatamente comenzó a viralizarse y apareció en los teléfonos de todo Puebla. “La gente hablaba de mí y mi novio me dejó sola. Negó que era él porque le daba vergüenza, comenzaron a especular con quién me acostaba. Los medios locales hablaron de mí, lucraron con mi cuerpo”, recordó. “Sentí que mi vida había terminado. Me encerré en mi casa durante ocho meses y no me atrevía a salir. Mi madre, que no usaba internet, no sabía del video y yo pensé que iba a tardar en descubrirlo. Un domingo mi hermano de 14 años llegó indignado a contarles que el video existía y era yo. Mi mamá se puso a llorar, mientras yo le pedía perdón de rodillas a ella y a toda mi familia. Les dije que quería morirme, que me ayudaran a morirme. Pero mi mamá, una mujer de una comunidad indígena que no había terminado ni la educación secundaria, que no sabe ni escribir, me sorprendió: me levantó la cabeza y me dijo viéndome a los ojos: ‘Todas cogemos. Tu prima coge, tu hermana coge y yo también. La diferencia es que a ti te ven coger. Eso no te hace una mala persona o una delincuente. Tú sólo disfrutaste tu vida sexual -como lo hace cualquier persona- y hay una prueba de eso. Vergüenza sería que hubieras robado o matado. Incluso maltratado a un perro’. Mi madre desconectó el teléfono y el internet de la casa. Me protegió del mundo exterior. Me hizo saber que ahí dentro estaba segura”, dijo y reflexionó: “no todos tienen la suerte de tener una familia así”.
Más fortalecida, luego de que no le quisieran tomar la denuncia y observando en redes sociales cómo la gente se burlaba de otras personas sin motivos, decidió alzar su voz y militar para generar un cambio en la Ley penal de su país.
La Ley Olimpia incluye a la violencia digital como un delito, es decir, la difusión, reproducción, exhibición, comercialización, intercambio de contenido sexual a través de los medios digitales, sin consentimiento. La sanción penal en México es de tres a seis años de prisión, de 300 a 600 días de multa, así como el pago por reparación de los daños y perjuicios que se ocasionaron. “La ley integral son tres reformas: implica que se reconozcan los delitos contra la intimidad, o sea la difusión de contenido íntimo sin consentimiento; el ciber acoso, que es violencia sexual en internet y por último, la ley de acceso. Esta última es para que las instituciones se concienticen sobre cuáles son los derechos sexuales y qué es la violencia y que lo hagan saber a los ciudadanos. Por ejemplo, muchos creen que sexting es la violencia. Pero están equivocados: el sexting es un derecho sexual. El delito es compartirlo sin consentimiento”, explicó Olimpia a la BBC.